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Expansión Silenciosa

El Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE) da privilegios a los inversores extranjeros en el sector de la energía para demandar a los Estados por acciones gubernamentales que supuestamente han “dañado” sus inversiones. Los inversores utilizan un sistema judicial paralelo para demandar, y la indemnización por una victoria puede ser de miles de millones de dólares. En los últimos años, el TCE se ha vuelto cada vez más polémico, debido a su potencial para impedir una transición energética. Pero, a pesar de la creciente controversia, muchos países, en particular en el sur global, están en el proceso de unirse al TCE.

El informe en español, en inglés y en francés.

Seducidos por la falsa promesa de que ayudará a atraer inversores y resolverá la pobreza energética, a menudo estos Gobiernos no tienen en cuenta los graves riesgos políticos, jurídicos y financieron del TCE. Esto pasa a pesar de que, si un país se adhiere al TCE, queda comprometido con el acuerdo por 26 años – aunque los Gobiernos sucesivos quieran salirse.

La expansión del TCE hacia África, Asia y América Latina

La Secretaría del TCE, que no es sólo un órgano administrativo sino la fuerza motriz que impulsa el apoyo y las nuevas adhesiones al tratado, ha hecho un gran esfuerzo desde 2012 para conseguir la ampliación geográfica del tratado a los países de África y el Oriente Medio, Asia, y América Latina. La Secretaría ha minimizado los riesgos del TCE y exagera sus beneficios. Como resultado, muchos países están en la cola para firmar el acuerdo, que implica enormes privilegios para los inversores. Al firmar, estos países corren el riesgo de reducir su capacidad de decidir sobre su propia política energética, y también se abren a la posibilidad de juicios costosos por parte de los inversores.

La Secretaría de la Carta de la Energía se encuentra en modo de expansión y desea acceder a recursos energéticos en África y Asia para sus miembros, en su mayoría países desarrollados.

Nathalie Bernasconi-Osterwalder, Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD)

La Secretaría del TCE parece dirigirse principalmente a los Ministerios de Energía de los posibles nuevos Estados signatarios. Por otro lado, los funcionarios de Ministerios con experiencia en la negociación de tratados de protección de inversiones y en la defensa de arbitrajes entre inversores y Estados (es decir, los que tienen una larga experiencia de los riesgos que traen este tipo tratados), parecen estar en gran medida ausentes del proceso de adhesión.

Este hecho podría explicar la alarmante falta de conciencia acerca de los riesgos políticos y financieros que entraña el Tratado en algunos de los países en vías de adhesión. Aunque muchos de ellos tienen una experiencia desastrosa con las demandas de inversores en el marco de otros contratos y acuerdos de inversión, los informes redactados por los expertos nacionales que fueron adscritos a la Secretaría del TCE en Bruselas, por ejemplo, están repletos de afirmaciones no demostradas sobre la forma en que el TCE “puede tener un impacto positivo” en un país o región “en lo que respecta

a la atracción de las inversiones energéticas necesarias”, pero sin alusión alguna a los riesgos que plantean los amplios privilegios que reserva el TCE a los inversores.

Y, sin embargo, los riesgos de unirse al TCE son sustanciales.

Lea el informe en español, en inglés y en francés.

Mira la infografía que destaca por qué el ECT es peligroso.

ECT infographic Spanish

Puede encontrar más información sobre el Tratado de la Carta de la Energía sobre www.energy-charter-dirty-secrets.org/es/

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